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lunes, 30 de marzo de 2009

SALTA

4 largos años han transcurrido desde que que pisé por última vez la tierra Argentina. Y he vuelto, esa es mi suerte, volver... Ya estoy en Salta, en este hostalito llamado Puesto Viejo, escribiendo estas líneas mientras miro de reojo las estrellas, en el patio de este hostal con sabor a caballeriza antigua. Y es que tengo jet lag... Hoy toca logística, armar la Greta, montar el carro, comprar cosas y dar un paseo por las calles de la capital Salteña. Aunque ayer ya nos dimos una vueltilla, un bonaerense trotero y con ideas, y servidor. Ya cayó la primera Quilmes. Y es que Argentina siempre me huele a casa, que raro es que aún estando a miles de kilometros no te sientas lejos... El día de ayer se llama Unai, que me llevó a Madrid (eskerrik asko), se llama Lander, que hizo de la aburrida espera en el Aeroparque de BA un grato reencuentro y el primer atracón de empanadas y choripanes (otro soberano eskerrik asko), y se llama Alejandro, grata conversación compartida con una buena birra. Desde Salta besos, salud y libertad.

Zangoa gogoa dudan tokian ipintzeko irrikitan nao, pedalei eragiten hasteko. Burura datorkit zer nolako herrimiñez joan nintzen orain dela lau urte luze Patagoniatik. Eta sentipen bat daukat. Bidai hau itxi gabeko zerbait ixtea bezalakoxea da. Orduan hasitako zirkulua ixtea. Agian ez dut ezer itxiko, agian jiraka jarraituko dut, ziur lur hauetatik bueltatzen naizenean ortzemugan beste lurralde batzuk ikusiko ditudala. Hori bai, bide guztiek Itakara daramate, beti itzuliko naizela uste dut.